¿Qué aspectos debemos considerar en el viaje de innovación del packaging?
Hemos vivido en diferentes ecosistemas de diferentes segmentos y contextos, escuchando sus puntos débiles y desarrollando soluciones técnicas que ayudan a superar con éxito los desafíos de cada empresa.
Cada experiencia ofrece importantes aprendizajes, y esto nos permite catalizar mejores prácticas y generar intercambios entre todos estos entornos en torno al packaging y su mejor aplicación.
Cito algunos ejemplos para contextualizar lo que acabo de decir:
El sector automotriz es reconocido como un segmento de vanguardia en la industria, siempre estimulando una mayor productividad, eficiencia y reducción de desperdicios en toda la cadena de valor que impulsan su competitividad. Es un requisito muy común en esta industria gestionar los inventarios en el proveedor y dividir las entregas en frecuencias cada vez mayores a través de ventanas horarias muy ajustadas. Las buenas prácticas desarrolladas a lo largo de años de experiencia nos permiten modelar alcances logísticos inteligentes para empresas de otros segmentos que están desarrollando una cultura logística ajustada.
Asimismo, el segmento minorista busca constantemente mejorar sus flujos, información y procesos para brindar la mejor experiencia posible al consumidor, con una atenta observación de los cambios de comportamiento y tendencias que se generan a partir de estas nuevas realidades.
Al estar constantemente estimulados por innovaciones disruptivas desde la perspectiva del consumidor, aprendemos lecciones valiosas que nos ayudan a hacer mejores preguntas sobre la experiencia que una empresa de telecomunicaciones, por ejemplo, quiere brindar a los usuarios proveedores de servicios que utilizarán su producto. el campo, que alimentará las líneas de desarrollo adoptadas para un nuevo embalaje.
Algunas premisas han sido compartidas por varios de estos segmentos, y han alcanzado la unanimidad a la hora de iniciar un nuevo proyecto: innovación y sostenibilidad.
La innovación no es invención. Y cuando hablamos de embalaje, es necesario entender que no es necesario “inventar la rueda”, ya que existen muchas soluciones y plataformas técnicas disponibles para su aplicación. En este sentido, nuestro papel es encontrar la combinación de recursos técnicos y materiales que mejor satisfaga la necesidad de protección de forma inteligente.
Cito un nuevo ejemplo: nuestra Línea SEC, diseñada como una solución de protección híbrida que combina varios tipos de materiales y garantiza excelentes prestaciones mecánicas, especialmente para el segmento de exportación metalmecánico, ha ganado publicidad debido a nuestra participación más activa en Autodata, uno de los referentes en generación de contenidos para el sector de la automoción.
Es fantástico ser reconocido como una propuesta innovadora, pero intentamos reforzar que la Línea SEC ha sido desarrollada por Cartrom durante al menos 20 años, y está consolidada y validada como un estándar de embalaje para muchos de nuestros clientes.
La otra premisa cada vez más frecuente es que las soluciones deben ser sostenibles. Es una evolución inevitable, ya que es necesario entender y aplicar el uso racional de los recursos “desde la cuna hasta la tumba” para que tengamos una cadena de consumo consciente y duradera.
Una vez más tenemos una agenda sumamente alineada con nuestro producto base, el cartón corrugado, artefacto de una cadena innovadora y tecnológica. La “cuna” de nuestra industria son los árboles, cultivados mediante la gestión forestal sostenible y el mantenimiento de zonas forestales destinadas a la conservación y mantenimiento de la biodiversidad. Antes de llegar a la “tumba”, el papel se topa con una industria de reciclaje establecida y una cadena de valor consolidada. Brasil es uno de los mayores recicladores de papel del mundo, con una tasa de recuperación de material del 66,9%, según la Industria Brasileña del Árbol (IBÁ). Este porcentaje representa aproximadamente 50 millones de toneladas ya enviadas para reciclaje.
Todavía hay disonancia sobre cómo nuestra industria puede cuantificar la captura de carbono a lo largo de la cadena de producción, y las métricas para calcular las huellas de carbono aún no han sido escaladas para que todas las empresas puedan acceder a ellas. Pero es sólo cuestión de tiempo que tengamos una mayor visibilidad cuantitativa de la contribución de los envases sostenibles a la descarbonización tan buscada por la industria que pretende seguir siendo competitiva de ahora en adelante.
Redefinir la forma en que vemos el embalaje es sin duda una experiencia disruptiva y gratificante. Especialmente por esta razón, hemos elegido algunos factores de éxito que pueden contribuir decisivamente al éxito del viaje hacia la innovación:
Funcionalidad | Eficiencia: Como escuché una vez, no hay innovación en el desarrollo de “embalajes de la NASA” si no demuestra ser funcional para la operación de embalaje. Desde esta perspectiva, es importante reconocer que lo simple puede ser lo mejor en muchas circunstancias. Ahora es posible avanzar algunos pasos cuando una solución favorece el uso de menos materiales, una reducción significativa del peso o una mayor versatilidad para proteger los más variados productos del portafolio. La medición de costos y la reducción de la huella ambiental debe ir más allá del “De-A” e incluir también ganancias en el transporte y eliminación de envases posconsumo.
Colaboración | Amenazas: Una cita atribuida a Albert Einstein dice que “la creatividad es inteligencia divirtiéndose”. Para que una iniciativa técnica alcance su máximo potencial, es muy importante tener un modelo mental flexible y abierto a la colaboración. El pensamiento diverso puede sugerir posibilidades impensadas y, cuando sea factible, fantásticas; las experiencias compartidas, ya sean exitosas o frustradas, apuntarán en direcciones riesgosas que pueden evitarse; invitar a otras partes interesadas (el empleado expatriado del cliente, proveedores, operadores logísticos y el ingeniero de seguridad laboral) también es una línea muy recomendable para ejercer la innovación abierta y colaborativa.
Cambio Cultural: Hay que entender que iniciativas de esta magnitud afectan la cultura de la empresa y provocan todas las fases de un proceso de cambio, por lo que es necesario reconocerlas y gestionarlas. Es importante tener alineación entre los patrocinadores, los tomadores de decisiones y la operación, ya que aspectos y dinámicas consolidadas durante años (muchas veces) serán revisitadas y las prácticas adquirirán nuevos significados. Cambian la dinámica del embalaje, la forma de trasladarse, la forma de embarque, pues el cartón “indica maltrato”; Por lo tanto, es necesario validar los beneficios a largo plazo para que el horizonte futuro sea compartido y bienvenido por todos los involucrados.
Finalmente, más que una conversación técnica, la reflexión que aquí se propone versa sobre qué desarrollos ganarán prioridad en la agenda de las empresas que quieren seguir siendo competitivas y vigentes.
Y vea qué combinación tan perfecta y desafiante: el embalaje a menudo ocupa una posición insignificante en la estructura de costes operativos, y ¿cuánto se gana en valor percibido al diseñar embalajes funcionales, innovadores y sostenibles?
¿Alguna vez te has parado a pensar en ello? ¡Este es un buen momento para eso!